Lo natural, como trampa

Entrevista de Verónica Engler a María Carman, ganadora del concurso Premio a la producción científica sobre discriminación en la Argentina –organizado por el Inadi y el Ministerio de Educación–, exhibe el modo en que con argumentos que aluden a la defensa del medio ambiente se excluye a los pobladores más vulnerables de la ciudad, como si sólo hubiera una “clase” de habitantes dignos de estar en ellas.
El 2 de diciembre de 2004 una nota editorial del diario La Nación advertía: “Una nueva amenaza se cierne sobre la Reserva Ecológica Costanera Sur. (...) Son pocos los que saben que en una de las áreas de mayor biodiversidad, como lo es el borde del canal y el ceibal allí asentado, más de mil quinientas personas se apiñan desde hace años junto a un canal contaminado, donde obtienen bogas enfermas y coipos protegidos como alimento. Su urbanización cortaría la libre circulación de especies entre el canal y el resto de la Reserva, afectando el ecosistema y el desarrollo de la vida de los animales”.
La "nueva amenaza" era la villa Rodrigo Bueno -bautizada con ese nombre en honor al cantante cuartetero muerto en el año 2000-, ubicada a 100 metros de la Fuente de Las nereidas, entre la Reserva Ecológica y la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors. Por entonces se iniciaba un fuego cruzado que conduciría al desalojo de los habitantes del asentamiento, implementado por el gobierno de la ciudad a partir de agosto de 2005. "Esa primera nota (en el diario La Nación) fue mi musa inspiradora, ese fue mi disparador, porque estaba tocando varios temas que yo venía trabajando con respecto a los ocupantes de casas en el Abasto (Las trampas de la cultura, Editorial Paidós), que era esto de cómo se expropia la condición humana a ciertos habitantes de Buenos Aires considerados indeseables para poder ejercer sobre ellos la violencia, ya sea una violencia explícita o sutil" cuenta la doctora en Antropología. (La nota completa puede leerse aquí).


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