Una especie de gorrión donde lo importante es ser diferente

Entre las gorrionas de ala blanca se corre la idea de que en la variación está el gusto y rechazan a los machos que repiten coqueteos. (por Pedro Lipcovich)

"Ya no sabemos cómo hacer para gustarles a ellas. Cada vez piden una cosa distinta, hemos llegado a pensar que ni ellas mismas saben lo que quieren". El testimonio, obtenido en un grupo de autoayuda de gorriones de ala blanca (Calamospiza melanocorys), ilustra sobre la situación que afecta a esa especie, sobre la cual la revista Science acaba de publicar una investigación. Ya se sabía que, en distintas especies, la hembra, llegado el tiempo de aparearse, elige al macho según determinados rasgos, por ejemplo la cola en el pavo real. Lo que enseñan las chicas Calsmospiza es que esos rasgos pueden variar de un año a otro, en una especie de moda, por la cual el color de ala que el año pasado resultaba irresistible, este año las deja indiferentes. La función biológica de esta "elección flexible", según la define el trabajo de Science, sería "permitir a la hembra elegir la pareja que mejor complemente sus necesidades en un año dado", en relación con eventuales "cambios en el entorno físico o social". En este contexto, conviene que los machos no se jueguen todo a una carta, ya que "expresar diversas cualidades les otorga un amplio atractivo bajo condiciones impredecibles".
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